
Jasmin Repesa nunca ha querido volver la cara a la Euroliga. Es un buen detalle del técnico croata, quizá empujado por su voluntad de no perder caché a nivel continental. Pero exige a sus hombres también en una competición atractiva en la que no hay tanta presión como en la ACB. Repesa lo admite. Mañana ante el Panathinaikos es momento de la verdad.